Esta es una prima de lechuza (Tyto Alba), todavía no tiene una muda. De tener una salud y apetito formidable, pasó a empezar a vomitar toda la comida que le daban. Pollito, codorniz, ratón, rata, paloma..., todo lo vomitaba. La lechuza no comía nada y cada vez estaba más débil. Como dato relevante, a la lechuza le acababan de cambiar de muda, de estar en una pequeña, había pasado a una muda muy grande, con total libertad de movimiento, siempre suelta.
Ante tal argumento, visita al veterinario. Conclusión del veterinario: al cambiar de muda a la lechuza, esta, al gozar ahora de total libertad de movimiento, sumado al descenso de las temperaturas (winter is coming....jejeje), gastaba mucha más energía. Por falta de tiempo, la lechuza no estaba pesada a diario. La suma de todo, una combinación letal. La lechuza tenía un desgaste de energía superior al normal, y le estaban suministrando la misma cantidad de comida de siempre. Poco a poco, se fue debilitando, y parece ser que entro en estado de "hambre torcida" La conclusión del veterinario: esta lechuza va a morir, no hay nada que hacer...
Pues bien, a base de paciencia y buenas artes, tras pelear muchísimo y obligar a la lechuza a comer, empapándola (vomitaba, pero con paciencia, otra vez la obligaban), al final, se ha conseguido que vaya cogiendo energía y apetito!
Actualmente ya está recuperada, come con brío y energía, come debe ser en una rapaz. Desde aquí felicitar a Ivan y a su madre, bravo!
Recordar siempre, hay que pesar a nuestros aliados alados con regularidad, podemos evitar casos parecidos a este.